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Cristóbal Chicaiza y Bertha Chicaiza, padres de Bertha Chicaiza quien desapareció el 18 de diciembre del 2018 y fue hallada sin vida el 4 de enero del 2019, relatan la trágica perdida que sufrieron a causa del asesinato de su hija menor y como aún siguen luchando para que se haga justicia y el responsable cumpla con una condena justa.

Bertha Chicaiza tenía 18 años cuando la asesinaron. Ella era una joven alegre, le gustaba pasear, le apasionaba su música y le encantaba la comida de chifa. Era una de las mejores estudiantes de su carrera de Contabilidad en la Universidad de las Fuerzas Armadas (Espe), carrera que recién había iniciado. “Ahora yo sé que ella se encuentra arriba en el cielo, cuidándonos y bendiciéndonos para seguir adelante”, dice Cristóbal Chicaiza.

Bertha salió a la universidad la mañana del 18 de diciembre del 2018 y a la hora de retorno a casa, jamás regresó. Sus padres no sabían que le había sucedido, preocupados salieron a buscar a su hija, pero no obtuvieron respuestas. Al día siguiente realizaron la denuncia por desaparición de Bertha en la Fiscalía y en la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased). El proceso fue lento al inicio, la familia Chicaiza no podía hacer más que acercarse a las autoridades a pedir de favor que agiliten la búsqueda y las investigaciones. Mientras tanto la familia continúo su búsqueda y colocaron afiches con el rostro de su hija y la leyenda «Desaparecida, ayúdanos a encontrarla» y la buscaron por el barrio sin resultados. Viajaron a Quito para denunciar la falta de investigación de los agentes en la Fiscalía General del Estado con la esperanza de que se agilite su búsqueda.

Bertha Chicaiza tenía 18 años cuando fue desaparecida y asesinada. Foto: archivo familiar

El 4 de enero del 2019, a 200 metros del hogar de la familia Chicaiza, hallaron las osamentas de una mujer en un bosque de Latacunga, provincia de Cotopaxi. Los restos del cuerpo fueron recuperados por la Policía Nacional en Juan Montalvo, parroquia de Latacunga, luego de que una habitante de la comunidad de San Marcos, que se encontraba pastoreando a sus animales, avisara a las autoridades sobre el hallazgo.

Su cuerpo presentaba signos de violencia y se encontraba en estado de descomposición avanzado. Según las autoridades, los perros del sector se habrían alimentado con ella; lo cual dificultó para que confirmaran la identificación de la persona encontrada. El caso pasó a manos de otro fiscal cuando la denuncia paso de desaparición a asesinato.

A los cuatro meses, aproximadamente, se encontró al responsable del asesinato, Fernando B., de 42 años. Según la Fiscalía de Cotopaxi se trató de un robo con muerte. En la audiencia de juicio, el juez dictaminó una sentencia de 34 años, ocho meses para Fernando B. como responsable de la muerte de Bertha Chicaiza de 18 años.

Ahora, 18 de noviembre de 2021, tres años después de la sentencia, la familia Chicaiza se encuentra atravesando otra lucha legal. La apelación de Fernando B., quien solicita se reduzca su condena. Aunque aún no hay fecha fija para la audiencia, el abogado de la familia Chicaiza esta pendiente de todos los movimientos para ayudar a Cristóbal y que se garantice el derecho a justicia de la familia y que el responsable del asesinato de su hija cumpla la sentencia completa por sus actos.

 

Foto de portada: Cristobal Chicaiza y Bertha Chicaiza, padres de Bertha Chicaiza.

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Betshabe Ortiz Flores (Quito, 1997)

BetsyOr14321203 | Estudiante de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Voluntaria en el área de Comunicación de Asfadec.[/vc_cta][/vc_column][/vc_row]