Isolina del Carmen León Álvarez, Holger Montenegro y Holger Fernando Montenegro son una familia que desapareció después de cenar en la casa de sus tíos en el sector El Paraíso, en la ciudad de Cuenca.
Desaparición de la familia Montenegro
La noche del 27 de junio de 2008, la familia Montenegro salió a una reunión familiar a la casa de un tío. Aproximadamente a las 22:00 abandonaron la reunión para dirigirse a su hogar, ubicada en la ciudadela Cañaribamba, a 10 minutos de su destino, pero nunca llegaron. Esa fue la última vez que los vieron con vida.
Mariela Montenegro, hija y hermana, se encontraba en Machala, cuando su sobrina llamó a contar lo que estaba pasando aquella noche. El sábado 28 de junio de 2008, regresó a la ciudad de Cuenca con noticias nada favorables. Su familia se encontraba reunida en la casa sin saber cómo actuar. Empezaron la búsqueda debido a que no contestaban los teléfonos y tampoco se encontraba ninguna respuesta en la casa de ningún familiar. Todo su mundo se detuvo.
Presunto secuestro y denuncia por desaparición
El domingo 29 de junio de 2008 sus familiares recibieron una llamada de un presunto secuestro. Mariela comenta: “un ciudadano colombiano nos llamó y dijo que se trataba de un secuestro. Nos pedía una suma alta de dinero y que teníamos 15 días. Recién ahí nos enteramos de lo que se trataba”. Se encontraba junto a uno de sus tres hermanos, quien contestó y le hizo varias preguntas, las cuales el individuo decidió no contestar y decirles que sigan las indicaciones, sin cuestionar.
Conmocionados llamaron al resto de su familia para contarles la noticia. En 2008 no se podía poner la denuncia de desaparición hasta que pasen 72 horas. Por esta razón, Mariela acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE) en horas de la mañana del lunes 30 de junio, en donde comentó lo que les había pasado, las circunstancias que se suscitaban y posterior a eso realizó la denuncia.
Negligencia de las autoridades
Después de transcurrir un lapso de tres o cuatro días desde la desaparición de la familia cuencana, se estableció el primer contacto de las autoridades con la familia y se iniciaron las averiguaciones. Sin embargo, pasados 3 meses, la policía decidió dar por terminado el caso debido a la ausencia de una segunda llamada, otro contacto o cualquier tipo de negociación. La falta de avances concretos generó un profundo dolor y tristeza, puesto que desde entonces no se ha tenido ninguna información sobre el paradero de la familia.
Tras dos años de la desaparición de la familia Montenegro, la fiscal encargada del caso optó por archivarlo debido a la falta de evidencia. Mariela con gran frustración cuenta que:
“en una conversación con la fiscal, esta me solicitó que le proporcionara un nombre o apellido para poder continuar la investigación o señalar a alguien como sospechoso. Mi respuesta fue que, si hubiera tenido conocimiento de los hechos, no habría presentado la denuncia”.
Como resultado, el caso de su familia fue archivado en 2010 por secuestro, sin haberse obtenido ningún progreso significativo en la investigación.
Mariela Montenegro, hija y hermana
Frustraciones en el proceso de búsqueda y falta de respuesta
Durante el transcurso de la investigación, se ha experimentado una serie de dificultades y frustraciones significativas. Mariela ha perdido la cuenta de la cantidad de veces que ha tenido contacto con la fiscalía, ya que constantemente se encuentran con cambios de fiscales, lo cual la ha llevado a un agotamiento emocional y a la sensación de estar persiguiendo sombras.
Mariela ha logrado reunirse con el Fiscal Distrital, también con el ex ministro de Gobierno Durante estas reuniones, le han ofrecido promesas de rastreos y otras medidas de búsqueda, pero desafortunadamente, nada de esto se ha cumplido. Esta falta de acción y respuesta la llevó a sentir que está realizando esfuerzos inútiles.
Descontento con el sistema de justicia
Mariela ha expresado su profunda insatisfacción con el sistema de justicia y la falta de respuestas en el caso de desaparición de su familia. Cada vez que se produce un cambio de fiscal, la persona se ve obligada a repetir la historia una y otra vez, mientras le dicen que el nuevo fiscal leerá el expediente y le piden que cuente lo que sabe. Sin embargo, la persona no es quien lleva a cabo la investigación, sino que son las autoridades.
La sensación de desgaste y agotamiento es evidente debido a la constante necesidad de acudir a las autoridades y suplicar por justicia. Mariela dice que: “me siento desgastada por estar yendo a hablar con las autoridades, estoy pidiendo caridad a la justicia, estoy rogando justicia, la cual no te dan absolutamente nada”.
Además, Mariela destaca un caso particular, en el cual hubo una fiscal que realmente se involucró e inició una investigación. Sin embargo, fue trasladada a otro lugar, debido a que no pertenecía al partido político del fiscal distrital, dejando el caso en un punto muerto.
Acercamiento a la Asociación
Después de un tiempo decidió buscar ayuda, es así como logró contactar con la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec), donde presentó una carta y fue aceptada como miembro. En ese momento, se creó el Ministerio de Gobierno, encargado de reabrir casos y recibir denuncias relacionadas con personas desaparecidas. Mariela se trasladó a Quito y en 2018 junto con Asfadec lograron reabrir el caso de la familia Montenegro como personas desaparecidas. Sin embargo, debido a la falta de investigación previa y de pruebas, no se encontraron avances sustanciales, y se repitieron las declaraciones y versiones en varias ocasiones ante los fiscales y agentes involucrados.
A pesar de los esfuerzos realizados, nunca se recibió ninguna llamada por parte de las autoridades, lo que resulta una situación común en estos casos. Aún no se posee ninguna información sobre su paradero. Mariela comenta que:
“yo siempre reclamo a los fiscales que han pasado porque en repetidas ocasiones he tenido que relatar la historia desde el principio hasta el final, ya que no se han tomado el tiempo de revisar adecuadamente los expedientes que consisten en copias de copias, porque ahí no hay absolutamente nada más que mis declaraciones y mi denuncia, no hay ninguna investigación”.
Mariela expresa su agradecimiento hacia Asfadec, sintiéndose acogida por esta organización. Además, le encantaría vivir en Quito para participar activamente en la lucha junto a Lidia, la presidenta de la asociación. Lamentablemente, no es posible debido a su residencia en Cuenca. A pesar de todo, realiza investigaciones de manera independiente y se encarga de buscar información sobre la desaparición de su familia, porque sus hermanos se encuentran en el extranjero y prácticamente está sola en esta labor.
Estadísticas generales de personas reportadas como desaparecidas
Según las estadísticas generales, el Ministerio de Gobierno de Ecuador, en el periodo enero – marzo 2023, en el cual Azuay abarca un 5% en las denuncias de personas reportadas como desaparecidas por provincia.