Natalia Elizabeth Subía Molina desapareció el 15 de septiembre del 2018, en el sector de San Juan, ciudad de Quito, provincia de Pichincha. La última vez que la vieron fue cuando salió de su casa en San Juan, un tradicional barrio ubicado en el Centro Histórico de Quito.

Isis Subía describe a su hermana como una mujer brillante, solidaria, cariñosa y dedicada a la docencia. El 14 de noviembre de 2019, al noroccidente de Quito, específicamente en la quebrada del barrio Armero, se encontraron restos óseos del cráneo de Natalia, según pruebas de ADN son compatibles.

Un sistema deficiente

A lo largo de la investigación, el caso de Natalia pasó por seis fiscales y hasta ocho agentes de Dinased encargados del caso. Isis denuncia que ha sufrido revictimización, producto de las repetitivas entrevistas efectuadas por los fiscales para conocer las circunstancias de los hechos. «Desde fiscalía quieren cerrar la investigación debido a que no existe suficientes evidencias del mismo y excede con el tiempo determinado en la Unidad de Personas y Garantías». La hermana de Natalia exige justicia y extiende una petición a la fiscalía: “no cierren el caso, sean un poco más empáticos. Piensen en el dolor de los familiares y piensen que no solo el trabajo es haber encontrado los restos, sino que es necesario encontrar a los responsables”.

Indolencia por parte de las instituciones del Estado dice sentir la familia Subía. Además denuncian  negligencia en el trabajo realizado en el caso de Natalia, puesto que afirman que no existe una línea clara de investigación.

Exigen seriedad en el trabajo de investigación, ya que las osamentas encontradas en el año 2019 no fueron producto de una búsqueda del Estado, sino del trabajo de limpieza realizado en la quebrada por el Municipio.

Isis comenta: » a pesar de que fiscalía menciona que no hay pruebas contundentes para saber qué le sucedió a mi hermana y que quieren archivar el caso, nosotros como familiares en la lectura de los expedientes hemos encontrado contradicciones en las versiones, por eso hemos enfatizado en que investiguen y se vuelva a tomar si es necesario versiones a las personas sospechosas en el caso. No queremos que el caso se cierre, queremos verdad y justicia”.

Persistiendo por la verdad

Natalia Subía desapareció el año 2018 en Quito y su caso ha sido un desafío en la investigación. Su hermana denuncia vulneración y revictimización debido a entrevistas repetitivas y la intención de cerrar la investigación. Exige empatía y una investigación seria, destacando las contradicciones en las versiones. La familia de Natalia seguirá en busca de verdad y justicia, resisten al cierre del caso. Finalmente, Isis Subía agradece a las organizaciones que le brindaron su apoyo y orientación en la búsqueda de su ser querido.